sábado, 13 de julio de 2013

Azkena Rock Festival 2013 (dia 2)

DIA 2 El segundo día comenzaba con un pequeño cambio horario, respetando la rigurosa puntualidad, eran Troubled Horse quienes daban el pistoletazo de salida a la jornada. A pesar de ser el primer grupo estuvieron realmente vibrantes y potentes, consiguiendo la participación e implicación del público, sonido atronador a pesar de ser un único guitarrista quién, con absoluta solvencia, rellena todo el espectro distorsionado. Acto seguido en el escenario principal nos topamos con otros suecos. Parece que la embajada de este país se debe colapsar con cada edición del Azkena. Ahora si aparecían Heaven´s Basement, todo un espectáculo el que monta su cantante, ataviado con gorra de policía, que acompaña los solos de guitarra con movimientos de mimo o ataques espasmódicos, llegando a revolcarse por el suelo. Al igual que hizo Carlos Tarque la tarde anterior, se dio un baño de masas donde fue incitando a los asistentes a que gritaran por el micro mientras daba vueltas para jaqueca de la seguridad que le perseguía. Muy buen show que se podía reflejar en las caras de los asistentes que veían como la jornada comenzaba con buen pie. Si hay que agradecer que se incluyan bandas patrias en el cartel, no podemos decir lo mismo de lo acertado de su posición en el mismo o como el sonido de estas encajaba con el resto (salvo Los Enemigos). Así ocurrió con Los Zigarros, banda más cercana al rock and roll con un punto urbano que sería más propia de festivales como Viñarock, su momento más vibrante fue al tocar la versión de “bailaré sobre tu tumba” de Siniestro Total. Parece que las bandas españolas, hasta ese momento, sólo movían al público a base de temas ajenos. Concierto espeso y un tanto anodino para un grupo del que prácticamente nadie sabia que se podía esperar de ellos. Con el sol a la espalda apareció otra de las triunfadoras del festival, JJ Grey & Mofro. Gran sección rítmica, buenos temas con ese puntito soul y blues, y una sección de vientos que si no tenía suficiente con sonar de maravilla ya se encargaba el saxo de hacer bailecitos por el borde del escenario para poner a todo el mundo en órbita. Es una de esas bandas a las que ves tocar y se nota no sólo que tocan de muerte sino que disfrutan de lo que están haciendo, y así lo transmiten al público, que no puede hacer otra cosa sino agradecerlo cantando, bailando o dando palmas. Grandioso show de JJ que lo mismo toca la armónica, la guitarra que se hace un solo de hammond. Delicioso. Uncle Acid & the Deadbeats tuvieron un gran problema debido a la expectación que había con Los Enemigos, al igual que había ocurrido con MClan y los Crowes la tarde anterior. Su sonido oscuro tan en la línea del festival fue en gran medida desatendido por la mayoría de la audiencia, algo que no hizo bajar la intensidad de un concierto potente y envolvente para los amantes de las guitarras pesadas. Suenan compactos como pocos y arrasan allí por donde pasan. Y entonces llegó el turno de los pesos pesados de la tarde en el Kevin Ayers. Los primeros fueron Los Enemigos, con un público entregado desde la primera nota (las calles de Vitoria esa misma mañana estaban atestadas de gente con camisetas de la banda), no dieron lugar a dudas, no dieron tregua, salvo “Na de Na” y “La carta” fue un concierto con sus temas más potentes y reconocibles. Prácticamente sin espacios entre temas el concierto se hizo corto para las ganas que había de ver a los madrileños. Asi se demuestra que existen grupos nacionales capaces de dar la talla entre bandas de primer nivel internacional cuando se les da la oportunidad. Parece como si nunca se hubieran separado. Si de los malasañeros se esperaba contundencia y rock en estado puro, nadie dudaba de por donde irían los tiros de unos Gov’t Mule ya clásicos en la cita vitoriana. Virtuosismo y gran precisión, solos de guitarras cuasieternos con gran manejo del wah-wah. Son unos clásicos y merecen todo el respeto, a pesar de que muchos de los presentes no son devotos de ese virtuosismo tan extremo (entre los que me incluyo). Pero nada podemos criticar de su sonido tan característico y la efectividad y precisión con la que lo practican. Los galones son algo que se ganan con los años y el esfuerzo, y van sobrados. El siguiente cabeza de cartel salía a escena algo pasadas las doce de la noche, los jovencísimos The Gaslight Anthem, banda elogiada por el propio Bruce Springteen (y que parece que será su mayor logro) efectuaban su indie-rock de elaboradas melodías. La vez anterior que los vi, como teloneros de Foo Fighters, me habían dejado un amargo sabor de boca que, a pesar de su mejorado sonido con la incorporación de un tercer guitarrista, siguió sin convencerme. Y es que parece que la organización estaba buscando más un nombre llamativo como reclamo que una banda potente que diera la talla y fuera acorde con el resto, y no digo que todos los grupos deban pertenecer al mismo patrón, The Black Crowes, Los Enemigos o The Sword funcionaron a la perfección y poco o nada tienen en común sus estilos. Les queda mucho camino por recorrer para estar en primera línea de los festivales, creo que el público del Azkena merecía algo más. Finalizado el bloque de cabezas de cartel con otra versión de Baba O’Riley por parte de los americanos, y tras ver al cantante de los Heaven Basement arrastrando los pies por mitad del festival, llegó otro de los grandes momentos de la noche. Había ganas de ver como sonaban en directo Walking Papers. Banda que integran el batería de Screeming Trees y el ex bajista de Guns and Roses (ausente para la ocasión). Por ello el teclista llevaba el bajo con una mano en un pequeño teclado. Los teclados potentes, basados en un hammond atronador, la potencia de las baterías y el sonido desgarrado de la Les Paul hicieron del concierto un gran show de esta banda novedosa de veteranos de la escena musical. Bailecitos, juegos con el pie de micro y un par de baños de masas del cantante hicieron las delicias del respetable. Con un solo disco en el mercado, esta superbanda sabe como hacer un gran concierto y lo demostraron, se podía ver en las caras de los asistentes. Personalmente creo que fueron otro de los grandes triunfadores de esta edición. Grupos que saben como hacer que te dejes llevar, en esta ocasión como trío de teclados, guitarra y batería, aun así, sonaron compactos y supieron ganarse a un público para el que eran prácticamente unos completos desconocidos. Gran y merecida ovación tras dejarnos por los suelos. Magníficos. Para cerrar el festival teníamos de postre a Rocket from the Crypt, voluminosa banda con un cantante de esos que les gusta hablar y arrancar sonrisas del público, en la línea de Fat Mike de No-Fx. Pero el sonido no acompañó, unas guitarras demasiado distorsionadas hicieron que lo que parecía un concierto animado y festivo donde la sección de metales daría juego se nubló en un espectáculo torpe donde era mejor escuchar los monólogos y juegos con el público de su vocalista que la música. Una pena, pues en sus discos se ve el potencial que tiene este grupo.

No hay comentarios: